
Alteraciones como dolor crónico en la espalda baja o zona lumbar son muy comunes en sociedades desarrolladas. Se estima que tres cuartas partes de la población mayor de 45 años las padecen. Ciertamente existe una relación directa entre el dolor crónico y las exigencias laborales, físicas y mentales que experimentamos. La mayoría de las veces, estas señales son ignoradas hasta volverse insoportables.
Ahora bien, cuando el síntoma aparece, reclama atención y energía, consigue que estemos pendientes de él y produce una molestia que interrumpe la continuidad de la vida normal.
El dolor lumbar o lumbalgia es un malestar de la columna vertebral en la región L1 – L5 que puede ser originada por múltiples causas. Entre ellas se incluyen las raíces nerviosas que salen de la columna hacia la región pélvica y las piernas, las articulaciones interfacetarias, los discos y cuerpos vertebrales y los músculos espinales.
Muchos de los malestares de la columna lumbar estén interrelacionados, por ejemplo, la inestabilidad de las articulaciones puede llevar a la degeneración, que a su vez, puede comprimir o irritar la raíz nerviosa.
Las siguientes causas se consideran las más comunes:
Problemas musculares: un estrés muscular repetitivo es causado por el sobreuso, el agotamiento, la desalineación postural, los gestos repetitivos o las flexiones constantes. Esta condición causa tensión en el tejido muscular y puede llevar a dolores de variada intensidad, desde contracturas a desgarros, y generalmente resultar en reducción del rango de movilidad, rigidez o entumecimiento de la zona lumbosacra. Situación que se ve reforzada por la falta de actividad física y estilos de vida sedentarios.
Degeneración discal: los discos intervertebrales son de aspecto gelatinoso -como esponjas- formados por tejido conectivo cartilaginoso. Entre sus funciones está la de absorber las fuerzas del movimiento y el peso de la gravedad. Cuando los discos se deshidratan, mayormente por falta de movimiento, pierden altura produciendo una reducción en el área que lleva al pinzamiento discal o a la compresión de los nervios espinales, cursando dolor crónico e irritabilidad.
La Ciática aparece como uno de los síntomas más frecuentes producto del pinzamiento de los nervios raquídeos en L4 y L5. En caso de comprimir un nervio sensitivo, hay hormigueo, adormecimiento, falta de sensibilidad o dolor; si el nervio es motor, afecta al tono muscular y se manifiesta como debilidad o pérdida de la fuerza. El nervio ciático puede irradiar dolor desde la espalda baja hacia la cara posterior de la pierna y el pie.
Patologías como hiperlordosis, hernia discal, escoliosis, espondilolistesis o espondiloartrosis en la región lumbar, ocasionan dolor lumbar crónico cuando se combinan entre sí, agravando la condición debido a deformaciones óseas, pérdida de la curvatura natural o desplazamiento discal.
La práctica de yoga terapéutico puede variar dependiendo del caso y las alteraciones asociadas. El objetivo será disminuir la intensidad de dolores lumbares previniendo futuras patologías a través de ejercicios somáticos y restaurativos de flexibilización y elongación. Todo ello implicará aprender a cuidar la columna vertebral, desarrollar la conciencia corporal, reeducar la postura y mejorar las cualidades de tejidos y articulaciones del aparato locomotor.
© enbalancecoach corporal, by Bettina Makara