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¿Cómo reducir el riesgo de hernia discal y mejorar la postura corporal?

La hernia discal es una afección degenerativa de la columna vertebral donde los discos que amortiguan cada vértebra se lesionan, provocando dolor, falta de movilidad, pérdida de la fuerza, entre otros síntomas.

Esta lesión es cada vez es más frecuente en los profesionales jóvenes y adultos que permanecen gran parte de su jornada laboral en la misma posición sin moverse, ya sea sentados o de pie. Importa aclarar que según estudios científicos el 50% de ellas son asintomáticas, lo que significa que podrías no saber que estás viviendo con una hernia discal. Demás está decir que saber qué tipo de posturas son buenas para tu espalda ayuda en gran medida a prevenirla.

Por supuesto, puedes acostumbrarte al dolor, pero también puedes actuar para evitar que empeore con el tiempo. Lo sé bien, porque he estado allí, te comparto mi experiencia:

Hace más de 10 años me encontraba física y mentalmente agotada, compenetrada en mis objetivos profesionales y personales carecía de recursos para prestar atención a los mensajes que mi cuerpo enviaba. De adulto joven había sufrido persistentemente de lumbalgias y tomaba calmantes para tapar las molestias crónicas que, como tales, siempre regresaban. En ese entonces no era consciente de mi grado de responsabilidad en el tema, lo entendía como algo externo a mí, algo con lo que debía luchar, resistiendo. ¡En ningún momento se me cruzó la idea de que yo podía hacer algo!

¿Qué hacer y que no hacer ante una hernia discal?

En estos casos, es frecuente que aparezcan dificultades para llevar a cabo tus actividades cotidianas, cosas tan sencillas como subir y bajar las escaleras, levantar objetos pesados desde una posición inadecuada o sentarte en el sillón a ver televisión pueden producir dolor que confundirás con un lumbago corriente.

Una de las principales consecuencias que tiene la hernia discal es la reducción notable de la movilidad, a medida que pasan los días, este dolor se irá acentuando hasta volverse verdaderamente insoportable.

Por ello, el reposo es importante durante la fase aguda, evitar hacer esfuerzos y levantar pesos. Cuando el proceso haya avanzado, realizar ejercicio físico controlado, estiramientos y fortalecimiento muscular, son pautas a seguir, dependiendo el caso.

¿Por qué Coaching Corporal?

Como cualquier persona que carece de salud, lo único que me interesaba de las disciplinas corporales era saber que podían ayudarme a estar mejor. Así comencé mi camino…

Con falta de coordinación en los movimientos de la columna vertebral, la pelvis ubicada en retroversión y la columna lumbar bloqueada en flexión, mi capacidad de movilidad a ese nivel era prácticamente nula. Vivía encorvada, para decirlo en otras palabras.

El modelo enbalance de Coaching Corporal propone adaptar la clase o sesión individual a la patología que produce el dolor para mejorar su malestar y prevenir su avance. Basado en el conocimiento profundo de la anatomía y fisiología del cuerpo, incluye recursos de Yoga Somatics, Feldenkrais, Esferokinesis® y Técnica Alexander, entre otras prácticas.

Las clases son suaves y buscan suplir las necesidades de movilidad, fuerza y elasticidad del practicante, poniendo énfasis en la relajación y el equilibrio físico y mental.

Si sentís que eso es lo que necesitás consultame por WhatsApp al:(54011) 4498-7819 , también realizamos talleres y otras actividades para empresas.